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  • Writer's pictureIngenieríaBiomédica

Un dispositivo del tamaño de una tarjeta de crédito para diagnosticar Cáncer de Páncreas


En 2013 el cáncer de páncreas fue clasificado como uno de los diez cánceres más mortíferos. Al menos el 94% de los pacientes diagnosticados muere en un plazo de cinco años. En otros tipos de cáncer como el de pecho, pulmón o colon, las revisiones rutinarias han demostrado mejorar ampliamente el efecto de los tratamientos, porque permiten realizar una detección temprana. Sin embargo, en el caso del cáncer de páncreas, los pacientes normalmente reciben el diagnóstico cuando ya es demasiado tarde, debido al enorme desconocimiento que existe sobre el comportamiento de esta enfermedad. Un grupo de bioingeniería de la Universidad de Washington está desarrollando un dispositivo de bajo coste que puede ayudar a los patólogos a detectar el cáncer de páncreas. Se espera que este nuevo proceso ayude a realizar un diagnóstico más rápido y sencillo y determine de manera más precisa el nivel de invasividad del cáncer, dando lugar a mejores prognosis. El prototipo permite automatizar y modernizar el proceso para realizar las biopsias a través del transporte de fluidos, sustituyendo al tradicional análisis manual. Hasta ahora este proceso comienza cuando el patólogo toma una muestra de tejido para la biopsia y lo envía al laboratorio donde se corta en rodajas muy finas, que se colorean y se ponen en placas de vidrio para ser analizadas ópticamente en busca de anormalidades. La nueva tecnología permitiría procesar y analizar las muestras de tejido intactas, lo que daría lugar a una evaluación más completa de la estructura celular del tumor. El pequeño y flexible dispositivo de silicona diseñado permite que una pieza de tejido pase por sus conductos estrechos y siga una serie de procedimientos que reproducen lo que pasa a larga escala en un laboratorio. El dispositivo utiliza las propiedades de los microfluidos, que permiten al tejido moverse y pararse fácilmente a través de los pequeños conductos sin la necesidad de aplicar una gran cantidad de fuerza externa. Además, evita que los técnicos manipulen el tejido, que se deposita directamente en el dispositivo que lo va a analizar. Los científicos afirman que es la primera vez que materia más grande que un organismo unicelular ha conseguido moverse con éxito en un dispositivo de microfluidos. Esto podría tener implicaciones en otras disciplinas permitiendo automatizar análisis que son realizados normalmente por humanos.

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