Éstas son las conclusiones que se desprenden de un estudio llevado a cabo en una universidad estadounidense. El estudio se llevó a cabo con 14 pacientes que padecían de epilepsia y que ya tenían implantados electrodos en su cerebro para el tratamiento de las convulsiones.
Cada uno de estos pacientes se sentó enfrente a un ordenador en el cual se le mostraban imágenes de objetos cotidianos, 160 imágenes en total. De un modo aleatorio, después de ver alguna de las imágenes durante tres segundos, los participantes recibían estimulación eléctrica a las amígdalas. Concretamente, ocho pulsos cortos de 50 Hz y con una intensidad de 0,5 mA.
Al día siguiente, los pacientes tenían una probabilidad un 10% más elevada de recordar una de las imágenes que se les había mostrado conjuntamente con la estimulación cerebral, frente a las imágenes que no habían estado asociadas a la estimulación. Además, aquellos pacientes que más se beneficiaron de esta estimulación eran los que menos imágenes recordaban; es decir, los que tenían peor memoria.
Este estudio confirma resultados similares que habían sido obtenidos en modelos animales, pero es la primera vez que se lleva a cabo con seres humanos. Os dejamos aquí un vídeo de cómo se realizaba el experimento: