A día de hoy conocemos de sobra los efectos negativos que puede tener para la salud de las personas la radiación ionizante, y se toman todo tipo de precauciones para tratar de minimizar la exposición de los pacientes a esta radiación durante las pruebas de imagen médica. Sin embargo, cuando se descubrieron los rayos X a finales del siglo XIX no se conocía en absoluto sus efectos nocivos para la salud. Y esto hizo que a principios del siglo XX en Estados Unidos tuvieran una aplicación sorprendente: se usaban para ayudar a seleccionar los mejores zapatos en las zapaterías.
La idea inicial surgió para resolver los problemas que muchos soldados estadounidenses durante la Primera Guerra Mundial tenían en sus pies debido al uso de calzado inadecuado para ellos. Por ello, el ejército de Estados Unidos comenzó a usar el "fluoroscopio", un dispositivo basado en rayos X, para poder ver cómo exactamente se situaba el pie del soldado dentro de su bota cuando la tenía puesta. Después de la guerra, se popularizó su uso para buscar los calzados adecuados para los niños, y en 1919 se patentó el "fluoroscopio para ajustar zapatos"; que podéis ver bajo estas líneas.
La máquina emplea rayos X para obtener imágenes, similares a la que podéis ver bajo estas líneas, del pie del niño en el interior del zapato. La máquina tenía un tubo de rayos X en su fondo, y una pequeña apertura donde el niño metía los pies. En la parte superior tenía tres visores, uno para el niño, otro para el padre, y otro para el dependiente que vendía los zapatos. El niño se probaba varios zapatos, y podía ver cómo exactamente quedaban sus pies dentro de los zapatos. El dispositivo en absoluto estaba aislado de modo adecuado, y sometía al niño, al padre, y a los dependientes a niveles de radiación muy elevados.
Es altamente dudoso si esta tecnología llevaba a la elección de unos zapatos más adecuados para el niño, pero a nivel de marketing fue todo un éxito. Se estima que en la década de 1930 había al menos 10.000 fluoroscopios en zapaterías de Estados Unidos. En la década de los 40 y los 50, científicos comenzaron a avisar de los riesgos que la radiación de la máquina podía suponer para la salud de las personas, y las autoridades comenzaron a prohibirlos.
Bajo estas líneas tenéis un documental de la FDA, el organismo de Estados Unidos que actualmente regula el uso de fármacos y dispositivos médicos en ese país, contando la historia de este curioso artefacto.
Comments