El año pasado un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, presentaron el primer marcapasos provisional de la historia: un dispositivo inalámbrico que se disuelve en el cuerpo cuando ya no es necesario. Ahora, han presentan una nueva versión inteligente que se integra en una red de cuatro sensores flexibles inalámbricos colocados alrededor de la parte superior del cuerpo.
Los sensores se comunican entre sí para controlar continuamente las distintas funciones fisiológicas del cuerpo, como la temperatura corporal, los niveles de oxígeno, la respiración, el tono muscular, la actividad física y la actividad eléctrica del corazón.
En el video bajo estas líneas podéis ver cómo el marcapasos se va degradando según pasa el tiempo.