Un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia ha desarrollado un chip microscópico implantable con un volumen de 0.1 mm cúbicos que es capaz de medir la temperatura corporal, y transmitir de modo inalámbrico datos fuera del cuerpo del paciente. Es tan pequeño que no se puede apreciar a simple vista; bajo estas líneas podéis ver una imagen del sensor dentro de la punta de una aguja de una jeringuilla.
El sensor cuenta con un circuito integrado que se encarga de la medición de la temperatura corporal, y una capa de cobre y otra de 50 nm de oro que se encargan de generar potencia eléctrica con la ayuda de un transductor piezoeléctrico. El dispositivo emplea ultrasonidos tanto para generar la potencia eléctrica que necesita para funcionar, como para transmitir los datos; debido al diminuto tamaño del dispositivo no es posible usar ondas electromagnéticas para la transmisión de datos. Bajo estas líneas podéis ver los distintos componentes del sensor:
El objetivo de estos investigadores era crear el sensor más pequeño posible, para que se pudiera introducir en el cuerpo simplemente mediante una jeringuilla. Por lo de ahora, el sensor sólo se ha probado en ratones. En el futuro los investigadores tienen pensado hacer sensores miniaturizados capaces de medir otros parámetros fisiológicos.
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