Un grupo de investigadores del Grupo de Neuroingeniería Biomédica del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández ha colaborado con otros investigadores de Países Bajos y de Estados Unidos para desarrollar un ojo biónico. Este ojo biónico fue implantado en una paciente española, Bernarda Gómez de 57 años, quien llevaba ciega desde los 16 años, y a quien podéis ver bajo estas líneas con el dispositivo.
El ojo biónico consta de una videocámara montada en unas gafas que registra imágenes del entorno y las envía a un ordenador externo. Ese ordenador externo las analiza y las procesa para transformarlas en estímulos eléctricos para una array de 96 electrodos estimuladores que está implantado en el cerebro de Bernarda, en la zona correspondiente con el córtex visual. Cada uno de los electrodos tiene un diámetro de 80 micras, aproximadamente el tamaño de las neuronas del cerebro que se pretende estimular. Bajo estas líneas podéis ver una imagen del electrodo y su ubicación en el cerebro.
El ordenador externo en base a las imágenes registradas por la videocámara decide cuáles de los 96 electrodos deben ser activados para producir visión en el córtex, y envía de modo inalámbrico comandos al implante situado en el cerebro de la paciente. Una de las desventajas que tiene el dispositivo es que requiere que la paciente esté "cerca" del ordenador que procesa las imágenes y las transforma en estimulaciones eléctricas, ya que está conectada mediante un cable al dispositivo.
Este ojo biónico es bastante similar al modelo de ojo biónico Orion de la empresa estadounidense Second Sight, cuyo principio de funcionamiento es similar, salvo que en vez de tener que estar conectada la videocámara de las gafas a un ordenador, el paciente lleva encima una pequeña unidad de procesado de vídeo portátil. El ojo biónico Orion se encuentra actualmente en una fase de test clínicos y ha sido implantado en al menos seis sujetos que forman parte de dicho test. Desde 2013 Second Sight tiene aprobación de la FDA para su ojo biónico Argus II, y en 2014 se implantó el primer Argus II en España.
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