Investigadores del Advanced Telecommunications Research Institute International en Kyoto han creado un brazo robótico que es controlado a través de una interfaz cerebro-computador que está orientado a apoyar al usuario en la realización de múltiples tareas de modo simultáneo, y no a servir de tecnología de asistencia la discapacidad (como suele ser más habitual en este tipo de soluciones).
Los usuarios llevan un casco para registrar encefalograma. Los algoritmos que analizan estas señales eléctricas son capaces de distinguir entre la tarea que el usuario está llevando a cabo con sus propios brazos (como por ejemplo teclear en el teclado en el caso de la chica de la imagen) y la tarea que el usuario quiere que lleve a cabo el brazo robótico (acercar la botella para que pueda beber). Esto es algo bastante complejo ya que habitualmente las interfaces cerebro computador requieren que el usuario centre su actividad cerebral en una única tarea.
El dispositivo ha sido probado con 15 voluntarios que no tenían ningún problema de salud. En el 85% del tiempo los voluntarios eran capaces de controlar el brazo robótico para tareas diferentes de aquellas que estaban llevando a cabo. Si bien es discutible la utilidad que podría tener este dispositivo en la vida cotidiana de una persona sana, a nivel teórico si supone un avance significativo a la hora de procesar señal de encefalograma.