En este blog a menudo hemos cubierto información sobre distintos órganos biónicos, si bien es cierto que en la actualidad hay dos principales frentes de investigación: ojos y brazos. En el caso de los brazos, lo más habitual es que el brazo biónico de algún modo se acople a una parte de la extremidad que la persona todavía conserva, consiguiendo así sujeción mecánica.
En el caso de prótesis activas, esto es, con motores, para activar dichos motores la solución más habituales tener algún tipo de electrodo que registra una señal de electromiograma de algún músculo del paciente que es usado para enviar comandos a los motores y, por ejemplo, abrir y cerrar la mano.
Este mes se ha publicado en la revista Science Translational Medicine el primer estudio realizado sobre un brazo biónico que funciona de un modo bastante diferente. Para comenzar, la base del brazo biónico se ha fijado permanentemente al hueso del brazo del paciente. Es decir, el paciente no puede ""retirar"" completamente el brazo de su cuerpo, sólo parcialmente. El objetivo de esto es conseguir una sujeción más simple y fiable del brazo biónico.
Otra novedad es que al paciente se le han implantado internamente electrodos para registrar el electromiograma que permite controlar los motores del órgano. El hecho de registrar este parámetro fisiológico de un modo invasivo permite obtener una mayor calidad y precisión en el registro, lo que se traduce en un mayor control del órgano biónico por parte del paciente. En este video podéis ver las notables diferencias que hay en el control del brazo biónico cuando se emplea un sensor de electromiograma superficial y cuando se emplea el que lleva implantado el paciente dentro del cuerpo.
Este órgano biónico es el primero de su especie. Sin embargo, antes de que este tipo de técnicas se generalicen, es necesario estudiar cuál es el efecto a largo plazo de llevar dispositivos implantados dentro de nuestro cuerpo y soldados a nuestros huesos. Por lo de ahora, al paciente test no le ha ocasionado molestias considerables, y el órgano biónico que tiene es bastante más versátil y preciso que los órganos biónicos tradicionales, por lo que esta solución parece prometedora.
El grupo de investigadores que están detrás de este trabajo ahora están trabajando en intentar incorporar información sensorial a la prótesis, de tal modo que sean capaces de permitir que el paciente no sólo recupere movilidad del órgano perdido, sino información sensorial como tacto, presión o temperatura.