Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan ha diseñado y testado una aplicación para teléfonos móviles que permite diagnosticar trastorno bipolar en el usuario. La aplicación en cuestión "escucha" las llamadas del paciente y busca patrones de habla asociados con el trastorno bipolar. Para ello se basa en patrones de silencio, en el tono de la voz y en otras características acústicas.
La aplicación sólo "escucha" la parte de la conversación correspondiente con el usuario del teléfono, no la parte correspondiente con la otra persona con la que está hablando. Además, los datos correspondientes con la grabación nunca abandonan el teléfono móvil del paciente. Esto es, el software que se ejecuta en su terminal móvil sí que está accediendo y analizando su conversación, pero esta conversación nunca abandona el terminal móvil y nadie necesita acceder a ella para diagnosticar al paciente. Además, toda la información relativa a la conversación se almacena encriptada en el terminal móvil, por lo que la privacidad el paciente está garantizada.
Esta aplicación ha sido testada recientemente con seis pacientes y presentada en una conferencia científica. Se trata de un buen ejemplo del potencial que tienen los teléfonos móviles inteligentes para aplicaciones de salud. Aquí tenéis otro ejemplo que hemos cubierto recientemente en este blog: apps destinadas a pacientes que padecen fobias.