Un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia ha conseguido responder tres preguntas importantes sobre la enfermedad de Alzheimer: dónde se inicia en el cerebro, por qué se inicia en ese punto y cómo se propaga al resto de las partes del cerebro.
Para llegar a este descubrimiento ha sido fundamental el contar con un equipo avanzado de resonancia magnética funcional que les ha permitido conseguir imágenes altamente detalladas del estado interno del cerebro tanto en pacientes humanos que padecían la enfermedad de Alzheimer, como en ratones a los cuales se le había inducido una enfermedad similar.
Ya era conocido que el Alzheimer comienza en una región del cerebro conocida como corteza entorrinal (la parte del cerebro marcada en amarillo tanto en el cerebro de ratón de la izquierda de la imagen, como en el de ser humano de la derecha). Pero ahora conocemos más detalles: el foco preciso del punto de inicio es la corteza entorrinal lateral. La corteza entorrinal lateral es una puerta de enlace hacia el hipocampo, parte del cerebro que desempeña una función decisiva en la consolidación de recuerdos dentro de la memoria a largo plazo. Por tanto, si la corteza entorrinal lateral está dañada, el funcionamiento del hipocampo sufrirá consecuencias negativas.
Una vez la enfermedad se ha iniciado en este punto, se propaga a la corteza perirrinal y la corteza parietal, mostradas en rojo en la imagen. La corteza parietal es la responsable, entre otras funciones del cerebro, de la habilidad para orientarse y desplazarse y para representar información espacial. El propagarse a esta región del cerebro podría ser los motivos de los desórdenes motrices de los pacientes de Alzheimer.
La tercera parte importante de este descubrimiento es que la disfunción en la corteza entorrinal lateral surge cuando se producen simultáneamente cambios patológicos en la proteína tau y la proteína precursora amiloidea. La corteza entorrinal lateral es especialmente vulnerable a la enfermedad de Alzheimer porque en su funcionamiento normal ya acumula una cierta cantidad de proteína tau, lo que hace más sensible a esta región ante la acumulación de proteína precursora amiloidea. Juntas, estas dos proteínas dañan a las neuronas de la corteza entorrinal lateral, estableciendo las condiciones propicias para el desarrollo del Alzheimer.