Un grupo de científicos alemanes ha desarrollado el primer espermatozoide robótico, cuyo propósito es, en el futuro, servir de asistencia para técnicas de fertilización artificial. El espermatozoide robótico tiene forma de un microtubo y en su interior puede transportar un espermatozoide real (en el video los espermatozoides que se muestran son de toro, pero podría hacerse con espermatozoides de cualquier otras especies, incluidos seres humanos).
El espermatozoide robótico una vez almacena en su interior un espermatozoide real, puede ser controlado para dirigirse al óvulo que se quiere fecundar. Para controlar la dirección en la que viaja, se emplea un campo magnético externo. Controlando la temperatura del medio puede controlarse la velocidad; al incrementar la temperatura el espermatozoide robótico viaja más rápido, mientras que al decrementarla va más lento. De este modo se consigue controlar la velocidad y orientación.