IBM recientemente ha construido un prototipo de ordenador que emplea un líquido ("sangre electrónica") tanto para proporcionar energía para que funcione el ordenador, y para refrigerarlo. El proyecto está inspirado por el funcionamiento de un cerebro humano. Un cerebro humano es unas 10,000 veces más denso y más eficiente que cualquier ordenador actual. Nuestro cerebro consume aproximadamente unos 20 W de energía, sin embargo, por ejemplo, el super ordenador Watson, también empleado por IBM para diagnosticar cáncer, emplea 85,000 W. Efectivamente el ordenador Watson ha sido capaz de vencer a los médicos diagnosticando ciertos tipos de cáncer. Pero a costa de tener un volumen y usar una energía considerablemente superior.
El objetivo de este proyecto de IBM es fabricar ordenadores más pequeños y más eficientes que requieran menos recursos energéticos y menos espacio. Un cerebro humano emplea aproximadamente el 40% de su volumen para realizar tareas relacionadas con la inteligencia, mientras que un ordenador emplea sólo el 1% de su volumen para este tipo de tareas, empleando 99% restante para tareas relacionadas con refrigeración y alimentación de potencia.
Este proyecto de IBM es un buen ejemplo de cómo la ingeniería puede aprender de la madre naturaleza a la hora de buscar soluciones a problemas.